Los catalanes celebran el Día Nacional mientras la tensión sigue aumentando

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La batalla por la independencia del rico estado español de Cataluña llegó a un punto crítico el viernes cuando el Tribunal Constitucional del país, la máxima autoridad legal de España, suspendió la votación prevista para el 1 de octubre.

El Gobierno central calificó la medida como un ataque contra el orden institucional de España y de Cataluña.

Aunque la decisión era ampliamente esperada, Carles Puigdemont, el presidente regional, dijo que ni las autoridades centrales españolas ni los tribunales podían detener sus planes y que el referéndum seguiría adelante según lo planeado, y agregó que muchos de sus partidarios están dispuestos a ir a la cárcel por el tema.

“Es preocupante que el Estado quiera asustar y amenazar a la gente ante el deseo de votar”, declaró a la radio nacional Lluis Corominas, vicepresidente del Parlamento catalán.

Con su propia lengua y costumbres, Cataluña representa aproximadamente una quinta parte de la producción económica de España y ya tiene importantes poderes en materias como la educación y la sanidad.

Sin embargo, en una encuesta realizada en junio por el Centro Catalán de Estudios de Opinión, el 41.1 % apoyó la independencia, mientras que el 49.9 % la rechazó. Sin embargo, cerca del 70 % deseaba un referéndum para resolver la cuestión de una vez por todas.

Y mientras las líneas de batalla siguen trazándose entre los independentistas de línea dura y el gobierno español, y mientras la hostilidad continúa aumentando, ayer (lunes) cientos de miles de catalanes asistieron a una manifestación en las calles de Barcelona, en lo que los activistas dijeron que fue una muestra de apoyo a la independencia después de la decisión de Madrid de bloquear el referéndum planeado.

La Diada del 11 de septiembre, que conmemora la caída de Barcelona ante España en 1714, es utilizada a menudo por activistas para expresar sus demandas de un estado independiente. Autocares repletos de manifestantes viajaron a la ciudad desde pueblos de toda la región.

El líder catalán Carles Puigdemont fue uno de los "independentistas" que salieron a las calles mientras el fiscal del Estado español inicia un proceso penal contra Puigdemont y 13 miembros de su gabinete por cargos de malversación de dinero público, desobediencia y abuso de poder.

En el apogeo del fervor independentista en 2012, durante una profunda recesión económica en España, alrededor de un millón de personas salieron a las calles ondeando la bandera catalana y cantando el himno catalán.

Las encuestas han mostrado que el apoyo a la independencia ha disminuido desde entonces, y quienes desean un estado independiente son ahora minoría. Sin embargo, la mayoría de los catalanes aún desean celebrar un referéndum sobre el tema.