La jueza de Torrevieja, Juana López Hoyos, ha tenido conocimiento de que Carl Carr, el irlandés desaparecido el pasado mes de septiembre en Orihuela Costa y cuyo cuerpo fue desenterrado la semana pasada en Rojales, fue asesinado a golpes.
Las cuatro personas detenidas, acusadas de asesinato y ocultación del cadáver, son dos hombres y dos mujeres, de nacionalidad británica, irlandesa y española. La prensa española informa que uno de ellos está siendo investigado por el asesinato de Carl Carr, mientras que los otros tres presuntamente ayudaron a enterrar el cadáver en la carretera entre Benijófar y Algorfa, cerca de Rojales. Los cuatro han sido detenidos tras comparecer ante el tribunal a puerta cerrada.
Una quinta persona, una mujer, fue detenida, acusada de un delito de falso testimonio, aunque posteriormente fue puesta en libertad.
Los cargos formales generalmente se presentan justo antes del inicio del juicio, ya que los detenidos todavía están bajo investigación.
La investigación, que todavía está a cargo de la Guardia Civil, no descarta aún un ajuste de cuentas por drogas, dados los antecedentes del irlandés de 38 años, que estuvo ocho años encarcelado en Dublín en 8 por posesión de cocaína y heroína.
Sin embargo, la desconsolada madre de Carr, al confirmar que su hijo era el hombre que la policía española había encontrado muerto, insistió en que su asesinato no tenía nada que ver con las drogas.
Dijo que la descripción que los medios de comunicación le dieron como capo de la droga estaba muy lejos de la verdad y que su arresto en 2008 se debió simplemente a que estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado. «Le pagaron por recoger una bolsa para un compañero y no tenía ni idea de que estaba llena de drogas». «De hecho, la policía española me ha dicho que su muerte no tiene nada que ver con las drogas».
Tras cumplir su condena, Carr se mudó a la Vega Baja, donde esperaba empezar de cero. Se creía que trabajaba en bares y hacía trabajos esporádicos para poder subsistir.
El hombre fallecido fue visto por última vez en Cabo Roig la madrugada del 16 de septiembre, acompañado de su novia británica, Danielle Coupe, quien desde entonces ha solicitado información sobre su paradero en redes sociales. La peluquera expatriada confirmó estar al tanto de las detenciones, pero añadió: «No puedo decir nada, no me lo permiten».
Se entiende que se ha impuesto sobre el caso una orden de secreto que impide a los funcionarios hacer cualquier comentario oficial y que está diseñada para proteger la investigación criminal en curso que todavía está en sus primeras etapas.
El cuerpo de Carr fue encontrado a poca distancia de una tumba de hormigón descubierta en 2006 en Catral que contenía los cuerpos de dos criminales de Dublín, el líder de la infame banda criminal Westies, Shane Coates, y su amigo Stephen Sugg.
La familia de Carl dice que están en contacto con la Embajada de Irlanda en Madrid porque están tratando de averiguar cuándo pueden llevarse su cuerpo a casa.














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