En lo que respecta a las emisiones de los vehículos, la atención suele centrarse en el humo visible del tubo de escape. Sin embargo, existen partículas mucho más pequeñas y peligrosas que los sistemas de escape de los vehículos no filtran eficazmente.

Los expertos sugieren que las partículas más pequeñas y peligrosas, conocidas como partículas ultrafinas, no son filtradas adecuadamente por los escapes de los automóviles, lo que provoca graves problemas de salud a las personas expuestas a ellas.

¿Qué son las partículas ultrafinas?

Las partículas ultrafinas se caracterizan por su tamaño, inferior a 0.1 micras, aproximadamente mil veces menor que el grosor de un cabello humano. Estas partículas se producen por la combustión de combustibles, como la gasolina y el diésel, en los motores de los vehículos.

Si bien las partículas más grandes pueden filtrarse mediante los tubos de escape directos y los filtros de partículas actualmente instalados en los sistemas de escape, las partículas ultrafinas son tan pequeñas que pueden atravesar estos filtros y entrar a la atmósfera.

La peligrosa amenaza de la contaminación por partículas

Como todos sabemos, la contaminación ha sido un problema recurrente durante algún tiempo. Entre los numerosos problemas ambientales, la contaminación atmosférica es una de las más alarmantes, con un estimado de 4.2 millones de muertes en 2019 debido a la calidad del aire ambiental. efectos de las emisiones de diésel en el medio ambiente Tampoco deben tomarse a la ligera.

Los escapes de los vehículos han contribuido significativamente a la contaminación, produciendo importantes contaminantes del aire como óxidos de nitrógeno, partículas y otras toxinas peligrosas.

Sin embargo, a menudo se ha pasado por alto el impacto de las partículas producidas por los automóviles en términos de contaminación del aire, en particular desde que los modelos más nuevos de automóviles personales y comerciales están cada vez más equipados con “filtros de partículas diésel” para abordar este problema.

El problema principal: filtros y partículas peligrosas 

La Universidad de Birmingham realizó un estudio para investigar la eficacia de estos filtros. Los datos de calidad del aire de una estación de monitoreo en Marylebone Road, Londres, revelaron algunas tendencias preocupantes. Si bien se observó una disminución significativa del 81 % en partículas más grandes, como el carbono negro, entre 2014 y 2021, la cantidad de partículas ultrafinas solo se redujo un 26 %.

Aún más alarmante es que las partículas más pequeñas, que miden menos de 30 nanómetros, no han disminuido. Estos hallazgos ponen de manifiesto un problema importante con los filtros actuales, ya que no pueden capturar estas partículas eficazmente. Según las directrices de la OMS, las concentraciones altas de partículas ultrafinas se definen como superiores a 10,000 XNUMX por centímetro cúbico. En el emplazamiento de Marylebone Road, las concentraciones medidas duplicaron este umbral.

El estudio demuestra la importancia de evaluar periódicamente la eficacia de los sistemas de filtración para capturar partículas de diversos tamaños y evitar la liberación de partículas peligrosas de los vehículos. Los sistemas de filtración obsoletos, cada vez más comunes en los automóviles fabricados antes de la introducción de los filtros de partículas diésel a principios de la década de 2000, han demostrado ser predominantemente ineficaces para atrapar partículas de mayor tamaño.

Estas partículas a menudo penetran profundamente en el tejido pulmonar y se han relacionado con numerosas enfermedades respiratorias y cardiovasculares, incluido el cáncer de pulmón.

Los llamados a la acción

Existen diversas soluciones para reducir la emisión de partículas nocivas de los escapes de los vehículos. Los expertos consideran que una solución eficaz es cambiar a vehículos eléctricos o híbridos, que producen muchas menos emisiones que los motores tradicionales de gasolina o diésel.

Los vehículos eléctricos e híbridos no emiten ningún contaminante directamente y sus emisiones son significativamente inferiores a las de los motores tradicionales, incluso considerando las emisiones producidas por la generación de la electricidad necesaria para alimentarlos.

Otra solución es mejorar el diseño de los filtros de escape para capturar mejor las partículas ultrafinas y otros gases nocivos. Los investigadores están explorando nuevos materiales de filtro, como el grafeno y los nanotubos de carbono, que pueden capturar partículas ultrafinas con mayor eficacia.

Los gobiernos también pueden implementar políticas y regulaciones para alentar a los fabricantes de vehículos a desarrollar motores y sistemas de escape más limpios y ofrecer incentivos para que los consumidores compren vehículos eléctricos o híbridos.

Además, se pueden establecer regulaciones más estrictas para garantizar el mantenimiento adecuado de los vehículos, como las pruebas periódicas de emisiones y la sustitución obligatoria de los filtros de escape desgastados o dañados. Los gobiernos también deberían Exigir a los fabricantes que rindan cuentas por las reclamaciones sobre el diésel

Línea de fondo

El estudio realizado por la Universidad de Birmingham ha puesto de manifiesto la ineficacia de los sistemas de filtración de vehículos frente a las partículas peligrosas y pequeñas presentes en las emisiones. Las peticiones de los investigadores para abordar este problema son cruciales para reducir la contaminación ambiental y prevenir efectos adversos para la salud de la población.

Los encargados de formular políticas y los reguladores deben actuar con rapidez y en colaboración con los fabricantes para introducir leyes y reglamentaciones que exijan el desarrollo de sistemas de filtración eficaces para combatir la liberación de partículas peligrosas al medio ambiente.

Los ciudadanos, especialmente los propietarios de vehículos diésel, también pueden sumarse a la lucha contra la contaminación atmosférica acudiendo a https://www.emissions.co.uk Para explorar sus opciones. Al hacerlo, podemos contribuir a reducir el número de muertes por causas respiratorias y cardiovasculares asociadas con la contaminación por partículas y garantizar un aire más limpio para las generaciones futuras.