Europa se tambalea mientras los incendios forestales arrasan la Península Ibérica, cobrándose vidas y destruyendo decenas de miles de hectáreas de tierra en medio de una ola de calor devastadora. Dos bomberos han fallecido en accidentes separados mientras luchaban contra las llamas, lo que eleva el número de muertos a cuatro en España y dos en Portugal en las últimas semanas.
En España, la crisis entra en su tercera semana, con los servicios de emergencia y las unidades del ejército trabajando arduamente para contener los incendios en el noroeste y el oeste. Las autoridades de Castilla y León revelaron que un bombero falleció trágicamente cuando su camión volcó en una empinada carretera forestal. "Por razones desconocidas, el vehículo se acercó al terraplén y volcó, cayendo por una pronunciada pendiente", informó el gobierno regional.
En todo el país, más de 70,000 hectáreas ya han sido consumidas por el fuego en los últimos días, casi la mitad del total del año, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales. La ministra de Defensa, Margarita Robles, describió la situación como sin precedentes: «Esta es una situación de incendios que no hemos vivido en 20 años. Los incendios tienen características especiales como consecuencia del cambio climático y esta enorme ola de calor». Las temperaturas han alcanzado los 45 °C, y se espera poco alivio hasta el lunes por la noche o el martes.
El primer ministro español, Pedro Sánchez, visitó el domingo las zonas afectadas y prometió “un pacto nacional” para abordar la emergencia climática.
Portugal también lucha contra incendios implacables, con cerca de 2,000 bomberos desplegados en las regiones norte y centro del país. Un bombero falleció el domingo mientras combatía un incendio, dejando a dos compañeros gravemente heridos. Otra víctima mortal se produjo el viernes pasado, cuando un exalcalde de Guarda perdió la vida en primera línea. El instituto forestal portugués informa que casi 185,000 hectáreas se han quemado en lo que va de año, superando ya el total de 136,000 hectáreas del año pasado. Se espera la llegada de aviones cisterna para ayudar a los bomberos.
Los expertos advierten que los incendios están siendo alimentados por sucesivas olas de calor y sequías severas, un duro recordatorio del creciente impacto del cambio climático en el sur de Europa.
