Exjefe de policía elude avisos legales mientras consejo recurre a publicación en el Boletín Oficial del Estado

0
Según el Consejo, a Pomares se le enviaron notificaciones electrónicas el 1 de septiembre, las cuales fueron rechazadas el 12 de septiembre. Los intentos posteriores en persona por parte de la policía local de entregar las notificaciones en su domicilio el 18 y 19 de septiembre no tuvieron éxito, ya que un miembro de la familia se negó a aceptarlas.
Según el Consejo, a Pomares se le enviaron notificaciones electrónicas el 1 de septiembre, las cuales fueron rechazadas el 12 de septiembre. Los intentos posteriores en persona por parte de la policía local de entregar las notificaciones en su domicilio el 18 y 19 de septiembre no tuvieron éxito, ya que un miembro de la familia se negó a aceptarlas.

El Ayuntamiento de Orihuela se ha visto obligada a publicar una notificación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) Después de repetidos intentos fallidos de entregar documentos oficiales al ex jefe de policía local de la ciudad, José María Pomares.

Los avisos se refieren al inicio de un declaración de lesividad, un procedimiento legal que permite a la administración impugnar sus propios actos anteriores considerados lesivos para el interés público.

Según el Consejo, Pomares fue enviado notificaciones electrónicas el 1 de septiembre, que fueron rechazados el 12 de septiembre. Los intentos posteriores en persona por parte de la policía local de entregar los avisos en su domicilio el 18 y 19 de septiembre no tuvieron éxito, ya que un miembro de la familia se negó a aceptarlos.

Dos intentos más el 23 de septiembre también fracasaron. En consecuencia, la administración publicó la notificación en el BOE, poniéndola a disposición en el Ayuntamiento y en línea para Días hábiles 15.

La declaración de lesividad suele surgir en disputas laborales, incluyendo reclamaciones por horas extras no pagadas o irregularidades procesales. Si bien permite a la administración solicitar posteriormente la anulación de actos favorables al empleado, la notificación en sí es meramente informativa e inapelable. Pomares, por su parte, niega que los agentes intentaran visitar su domicilio e insiste en que todas las notificaciones deben entregarse electrónicamente.

El caso pone de relieve una paradoja: desde marzo, Pomares ha presentado 227 presentaciones con el Ayuntamiento, a pesar de supuestamente evitar los avisos oficiales. La disputa surge de su jubilación forzosa el 18 de septiembre, a pesar de su solicitud de permanecer en servicio hasta cumplir 67 años en 2027.

El 3 de octubre, Pomares, representándose como abogado, presentó una demanda ante la Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de ElcheSolicitaba la reincorporación como jefe de policía, el pago de salarios atrasados ​​desde el 19 de septiembre, la compensación por las horas extras no percibidas (una media de 25 al año a 225 € cada una, lo que suma un total de 5,725 €) y la aplicación de los incrementos salariales. Entre las acciones legales previas se encontraban una solicitud de suspensión del decreto de jubilación, denegada por el tribunal, así como denuncias contra el alcalde y el concejal por presunto acoso laboral, resueltas como un conflicto laboral.

El Ayuntamiento también había abierto una expediente disciplinario por falta grave, que se cerró con la jubilación de Pomares. Días antes de su jubilación, él se negó a asistir a la tradicional ceremonia de reconocimiento local de la Policía, donde iba a recibir su diploma de jubilación, alegando incomodidad procesal y personal. Durante el evento, el alcalde enfatizó los principios de honestidad, conducta ejemplar y respeto a los superiores, una declaración que fue ampliamente interpretada como dirigida a Pomares.

Esta saga jurídica y administrativa en curso subraya la tensión entre Pomares y el Ayuntamiento de Orihuela, ilustrando la compleja interacción de los procedimientos administrativos, las disputas laborales y la responsabilidad pública en la gobernanza local.