presidente valenciano Carlos Mazón Ha vuelto a apuntar a AEMET, acusando a la agencia de gestionar mal las alertas de tormenta después de rebajar una alerta roja a naranja apenas horas antes de que Pilar de la Horadada sufriera 153 litros de lluvia en 24 horas.
La controvertida rebaja, afirma Mazón, se basó en la observación y no en el pronóstico, dejando a los residentes y autoridades expuestos durante una de las lluvias más fuertes en la región.
AEMET sostiene que las precipitaciones registradas nunca alcanzaron los umbrales de alerta roja, pero los críticos argumentan que Las alertas confusas y mal comunicadas pusieron en riesgo la seguridad pública.
Mazón denunció a la AEMET argumentando que los cambios abruptos de la agencia en los niveles de alerta confundieron tanto a las autoridades como a la ciudadanía. Señaló que Las lluvias más intensas se produjeron precisamente cuando AEMET había retirado la alerta roja, lo que sugiere que el error de juicio de la agencia podría haber llevado a los residentes a subestimar el riesgo.
Esta última disputa sigue a la La tragedia de las inundaciones en Valencia el 29 de octubre, cuando se acusó a la Generalitat de minimizar la alerta roja temprana de AEMET, contribuyendo así al retraso en las respuestas de emergencia. Ahora, Mazón insiste en que el fracaso de AEMET radica en... Falta de previsión proactiva y comunicación inconsistente — activar o retirar advertencias sin una explicación clara.
La AEMET, sin embargo, ha defendido su decisión, afirmando que los niveles de lluvia Nunca alcanzó los umbrales de alerta roja — 90 litros por hora o 180 litros en 12 horas. En Pilar de la Horadada, los datos mostraron 72 litros en dos horas y 135 en 12 horas, colocándolo dentro de la rango de advertencia naranja (riesgo moderado a significativo). La agencia sostuvo que en ningún momento se alcanzaron intensidades de nivel rojo y que su degradación a las 6:00 estaba técnicamente justificada.
Sin embargo, la percepción pública del riesgo sigue siendo central en la controversia. Los críticos argumentan que la abrupta rebaja de la calificación de AEMET puede haber envió el mensaje equivocado, lo que sugiere que el peligro había pasado mientras las inundaciones y las evacuaciones aún se estaban produciendo. brecha de comunicación Entre la precisión de las previsiones y la comprensión pública, dicen, se mina la confianza en las advertencias oficiales.
Para sumarse a las críticas, El alcalde de Cullera, Jordi MayorTambién expresó su frustración por los cambios en las alertas de la AEMET, que, según él, "no reflejaban la realidad sobre el terreno". Aunque posteriormente moderó sus comentarios, el episodio ha puesto de manifiesto las crecientes tensiones entre los líderes regionales y la agencia meteorológica nacional.
Mientras Mazón continúa su campaña por un mayor control regional sobre los avisos meteorológicos, la polémica de la AEMET pone de relieve la Necesidad urgente de protocolos de previsión y estrategias de comunicación más claros para restablecer la confianza en el sistema de alerta meteorológica de España.












